Sobre el
celibat sacerdotal
Cada
10 de gener es fa memoria de sant Gregori de Nissa (+395 amb 60 anys), bisbe de
Nissa, germà de sant Basili, casat amb Teosabia i deia d’ella que era una santa
i una autèntica esposa. Cada 13 es commemora a sant Hilari (+367 amb 52 anys)
que va ser bisbe de Poitiers, encara que una vegada bisbe, volgué deixà de viure amb
la seva dona i la seva filla.
Buen
revuelo se ha levantado con el anunciado libro del cardenal Sarah sobre los
curas casados y tras el Sínodo de la Amazonia que proponía la real posibilidad
de tener en la Iglesia sacerdotes casados en esas regiones selváticas, como no
cabe esperar de otra manera, revoluciona las vísceras y ciega la racionalidad.
Ya en un post de marzo de 2010 escribí sobre el tema recordando que el celibato eclesiástico es una praxis en la Iglesia romana
atacado a lo largo de la historia en cuanto obligatorio para los sacerdotes
seculares pues no son monjes o “religiosos”.
No se ataca el celibato en sí que se sabe es un “don” de Dios,
pero por ser discrecional se pide que sea opcional. Entre las voces levantadas anteriormente estaba el arzobispo de Oporto, monseñor Armindo Lopes
Coelho quien había manifestado en octubre de 1997 que el sacerdocio no es
incompatible con el matrimonio. También el entonces arzobispo de Westminster, Cormac
Murphy-O’Connor, líder de los católicos de Inglaterra y Gales, manifestaba esa
misma opinión (mayo 2000). Y así tantos otros.
La continencia que exige el celibato se presenta como una praxis recibida del pasado y vivida en las grandes religiones por grupos o personas monacales o de esa mentalidad que renuncian al mundo y querían (quieren) ser "perfectos". Unos son célibes como los esenios entre los judíos o los monjes budistas, en cambio los santones hindúes dejan esposa, profesión y demás cosas para llevar su vida solitaria.
La praxis levítica per els sacerdots o levites de el poble jueu de
no usar d’el matrimoni durant la temporada de dedicació als oficis sagrats
requereix una explicació veritable i clara per alló de no estar “nets” a l’oferir
el sacrifici, com si la vida conjugal fora una cosa bruta. Sona a blasfemia ja
que el sexe és un do de Déu i si el sexe és una marranada, el seu Autor es un
porc.
También conviene caer en la cuenta de que los oficios religiosos
del pueblo judío sólo se celebraban en Jerusalén y los sacerdotes tenían que
viajar desde su pueblo, supuestamente sin soler ir acompañados de su mujer. Así
que probablemente el consejo era animarles a que durante esos días santos en el
Templo no faltasen a la fidelidad conyugal y evitasen el adulterio.
La teología católica sacramentaria matrimonial no puede explicar
que al casado se le prohíba hacer uso del matrimonio sabiendo que esa consumación es requisito de validez. El acto conyugal no solo se considera por algunos como algo sucio, propio de la debilidad
humana e impropio de la perfección, sino que dijeron ser pecado mortal o
intrínsecamente malo como dijo el papa Gregorio "magno". Era un rigorismo
procedente del norte africano y expandido por Europa a través de la península ibérica con los sínodos de Elvira (Sevilla) y Arles habidos al inicio del siglo IV. De ser cierta esa teoría abstencionista, el matrimonio no puede
ser tenido jamás como camino de santidad y no se entiende que Cristo lo elevara
a sacramento. Choca frontalmente con la integridad del Evangelio.
Avui se segueix parlant sobre la naturalesa de l’celibat, el seu
origen i el seu sentit així com sobre les excepcions envers sacerdots que l’Esglesia
permet a alguns ritus orientals i al sacerdots ex anglicans que has volgut
entrar en comunio amb la fa católica. Alguns esperan respostas teológiques a
el fet de que els apòstols estiguesisn casats així com els sacerdots dels primers
segles.
Algunos afirman que con los obispos no se ha hecho nunca jamás una
excepción pero los cooperadores de la Verdad no tapan o rompen páginas de la Historia pues los santorales dan una lista muy larga de obispos casados. A
vuela pluma cito otros veintidós del primer milenio cristiano.
.
San Ireneo de Sirmio,
obispo en Panonia, mártir en el 304, casado y con hijos.
San Filogonio, obispo de
Antioquia (+324), casado y abogado cuando fue elegido obispo.
San Paciano, obispo de
Barcelona (+390), casado, con un hijo llamado Dextro.
San Amador, obispo de
Auxerre (+418), casado con Marta; fue elegido obispo y ordenado por Eladio al
que sucedió.
San Paulino, obispo de
Nola (+431 con 78 años), casado con la barcelonesa Teresa y ordenado sacerdote
en Barcelona por aclamación popular y por lo mismo en Milán fue nombrado obispo
de la ciudad italiana de Nola.
San Namacio, obispo de
Clermont (+460) elegido -siendo casado- como sucesor de san Rústico.
San Sidonio Apolinar,
obispo de Clermont (+479 con 48 años), casado con Papianila (su prima),
tuvieron un hijo y tres hijas.
San Volusiano, obispo de
Tours (+498), muy rico, militar y casado con una mujer difícil, fue elegido obispo.
San Pantagato, obispo de
Vienne (+548 con 65 años), casado, tuvo una hija y un hijo.
San Hormisdas, papa
(+523), elegido siendo diácono romano, casado y con un hijo que será luego el
papa Silverio.
San Baldo, obispo de Tours
(+552), casado y con hijos, antes de obispo.
San Namacio, obispo de
Vienne (+560 con 74 años), elegido estando casado.
San Leoncio, obispo de
Burdeos (+570), casado con Placidina y elegido obispo, decidió guardar
continencia perfecta (por tanto no era obligatorio).
San Daniel, primer obispo
de Bangor (+584), galés, casado y con un hijo.
San Arnulfo, obispo de
Metz (+640), casado con Doda y con dos hijos, fue elegido obispo siendo seglar.
Al juny de 2014 al bolg “opiniones opinables” vaig penjar un altre
post titulat ¿Uns sí poden i altres no?
amb motiu de les declaracions de ‘lpapa Francesc en el vol de tornada de Terra
Santa i on va dir que l’obligatorietat de l’celibat no és un dogma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario