miércoles, 25 de diciembre de 2019

EVOLUCIÓN DE LOS TEMPLARIOS

Del Temple a la Orden de Cristo

                                         
Cada 25 de diciembre, además de la Natividad de Jesús en Belén, el santoral o martirologio romano, actualizado con Juan Pablo II y editado en 2002, trae –como cada día de los 365 ó 366- la memoria de un@s cuant@s sant@s.

Uno de ellos es Pedro “el venerable” (†1156 con 62 años), abad del Cluny que fue glosado por Benedicto XVI (14-X-2009) y recordó que Gregorio VII decía que todos los abades de Cluny eran santos, aunque en tiempos de Pedro ya empezaba la crisis que motivó fundar el Císter. Pedro era amigo de san Bernardo de Claraval (1090-1153), fundador del Císter y de los Templarios. Bernardo, entre 1130 y 1137, estuvo exclaustrado por el cisma del antipapa Anacleto y se recorrió toda Europa llegando a ser el político más influyente de su época. La predicación de la “Segunda Cruzada” fue exclusiva obra suya.


Bernardo era sobrino de André de Montbard, el 5º Gran Maestre del Temple, y a la vez primo de Hugo de Payens. En 1127 Hugo y cinco de sus caballeros, portaron una carta de presentación del rey Balduino II de Jerusalén a Bernardo en la que pedían al papa Honorio II el reconocimiento de la Orden del Temple. Bernardo los conocía por la fundación del Císter y logró convocar el concilio de Troyes que dio su aprobación a la Regla por él redactada. En 1130 escribió “El elogio de la nueva milicia templaria” que la tenía por milicia divina.

Convento templario en la portuguesa Tomar
No sé qué pensaría el niño Jesús si pudiera o quisiera darnos su opinión sobre nuestro modo de hacer su encargo evangelizador. Tras la disolución de los Templarios tramada por el rey francés en connivencia con el Papa, unos cuantos -quizá varios cientos- caballeros templarios se esconderían y se exiliarían. Parece que pudo ser en Portugal pues hay huellas de ellos allí, y su primer rey, Alfonso I “el grande” o llamado también “el fundador” (1109-1185), primo de Bernardo. Los Templarios ayudaron a los portugueses en su defensa ante las invasiones musulmanas y por ello fueron agraciados con donativos de territorios, poblaciones e iglesias.

Tras el Decreto papal de Gregorio V de disolución del Temple en 1314, el rey Don Dinis en 1319 asignó todo el patrimonio templario a la nueva y portuguesa Orden de Cristo instalada en el convento de Cristo en la población portuguesa de Tomar, fundado en 1162 por el Gran Maestre templario portugués Gualdim Pais.

Es una teoría aceptable la que afirma que Bernardo de Claraval tenía ilusión en fundar un reino templario y aprovechó sus circunstancias personales para hacerlo en Portugal. Me siento incómodo pensando en esto mientras miro al niño Jesús recostado en un pesebre del villorrio de Belén.

Antes de que Colón llegara a América, los templarios habían llevado por todo el mundo su bandera con la cruz roja. Por el Oeste llegaron a Brasil y por el sur dieron la vuelta a la costa africana para llegar a la India y derrotar a los del Islam, por el Índico cortándoles el tráfico de las especias y así los vencieron sin armas.

Las excavaciones actuales en la población portuguesa de Tomar sugieren que la Orden de Cristo guardaba secretos y tesoros dada la arquitectura de sus edificaciones y de sus túneles subterráneos. Hay papeles de aquella época (inicios del 2º milenio) en que la data es Port-ut-Gral que puede traducirse sin inconveniente en “puerto del Grial”. Portugal no era nada pero enseguida fue la nación europea con una gran marina y sus barcos surcaban más allá del Mediterráneo. Está claro que Vasco de Gama y Magallanes eran de la Orden, Colón fue apoyado por ella y el Infante Enrique “el navegante” fue Maestro de la Orden desde 1418.

Los templarios de ayer fueron una Institución privilegiada pues el papa Inocencio II les liberó de toda sujeción a la autoridad eclesiástica y jurisdicción diocesana excepto la del Papa y concedía el privilegio de permitirles conservar el botín tomado a los sarracenos. Algunos verán que era una iglesia dentro de la Iglesia y con su sistema u organización en encomiendas bien puede decirse que era un Estado dentro de los estados, una economía paralela, un mundo aparte.

No deja de excitar la inteligencia humana el querer conocer el origen, el modo y el porqué de la existencia de la masonería que tiene tantos puntos en común con los del Temple. No existe la generación espontánea. Suprimida legalmente la Orden del Temple, muchos o pocos estarían resentidos, con el orgullo herido y con firme propósito de venganza contra la monarquía y el papado. También se les relaciona con las grandes reliquias cristianas como la Sábana santa de Turín y con el santo Grial o con el arca de la alianza.

Santo grial o santo cáliz en Valencia
El santo grial, el cáliz que Jesús utilizó en el Cenáculo, en la llamada Última Cena, cuando instituyó la Eucaristía, memorial de su muerte y resurrección, es una reliquia que suscitó, suscita y seguirá suscitando interés mayúsculo y pondrá a cien la imaginación. Desde el siglo XI su historia está llena de leyendas y mitos medievales. Hoy parece indiscutible que está en la catedral de Valencia y con él celebró la Eucaristía tanto Juan Pablo II en 1982 como Benedicto XVI en 2006. El rey Alfonso “el magnánimo” lo había entregado a la catedral valenciana el 18 de marzo de 1437.

Quienes hoy reivindican ser los Templarios de ayer, defienden que es indudable reconocer un período oscuro de un par de siglos en que debieron defender su tradición en secreto aunque –dicen- fueron protagonistas en los descubrimientos del siglo XV y XVI gracias a su cartografía y su experiencia en la navegación. En Escocia mostraron su fuerza manifiesta con su apoyo a la dinastía Jacobita, en defensa de su independencia. Ya en el siglo XVII, en Francia, pervivirían con la formación de la "Garde Eccosse". La clandestinidad –dicen- terminó con la proclamación de los Estatutos de 1705 y el Maestrazgo de Luis Felipe de Orleáns.

De aquí en adelante la Orden –dicen- ya no se oculta y son notables los hechos históricos y sociales en la Revolución Francesa, en el Imperio de Napoleón I y en el de Napoleón III, en la independencia de Grecia o en su participación en la resistencia francesa durante la II Guerra Mundial.

En 2008 la Orden Soberana del Temple de Cristo, a través de la Nunciatura en España, puso una demanda a Benedicto XVI exigiendo la rehabilitación canónica y el reconocimiento de sus bienes incautados, valorados al cambio en 100.000 millones de euros. La demanda está pendiente de la resolución de la apelación interpuesta en la Audiencia Provincial de Madrid pues en primera instancia no fue admitida.

Ermita soriana de san Bartolomé
Fue noticia de prensa la apertura al público de la mítica ermita de San Bartolomé, en el Cañón del Río Lobos (Soria), uno de los cinco lugares del Temple en Castilla cuando su disolución en 1312. Esta ermita es uno de los mejores ejemplos del simbolismo iniciático pétreo templario y que ha estado siempre rodeado por la leyenda.


Existen como Asociaciones Privadas de Fieles reconocidas por la Iglesia católica varios grupos como en Italia en donde están Militia Templi y Templari Cattolici d'italia (Templari Oggi), y en España la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, ASO 106.

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