Valor para hacer lo que
Dios pida
De
ayer 6 al 27 de este octubre de 2019, se ha inaugurado en el Vaticano el Sínodo
de la Amazonia, convocado por el papa Francisco en 2017.
El 9 de agosto, Día
Internacional de los Pueblos Indígenas, fue una buena ocasión para recordar
lo que el papa Francisco había dicho en Puerto Maldonado con los del Encuentro con los Pueblos de la Amazonia,
en su Visita Apostólica a Chile y Perú en enero de 2018. "Necesitamos –dijo- que los pueblos originarios moldeen culturalmente las Iglesias locales
amazónicas... Que puedan plasmar una
Iglesia con rostro amazónico y una Iglesia con rostro indígena (…) El reconocimiento de estos pueblos -que
nunca pueden ser considerados una minoría, sino auténticos interlocutores- así
como de todos los pueblos originarios nos recuerda que no somos los poseedores
absolutos de la creación".
Este
«Día internacional de los
Pueblos Indígenas»
fue instituido por la ONU en 2007 y esas palabras de Francisco han flotado en el
ambiente al ser una ayuda fantástica para preparar el actual Sínodo de los Obispos para la Región Amazónica.
Del 20 a 23 de agosto de 2018 se celebró
en Manaos el III Encuentro de la Iglesia católica en la Amazonia Legal
brasileña que supuso un avance importante para el proceso del Sínodo de la Amazonia. Los 58
obispos presentes reflexionaron sobre los elementos más importantes y sobre los
pasos que deben ser dados por la Iglesia de la Amazonia. El Cardenal
Claudio Hummes, Presidente de la Red Eclesial Panamazónica –REPAM-,
llamaba a los obispos a "sentirse implicados en el Sínodo como un todo,
no sólo a preocuparse con su propia diócesis o prelatura. El Sínodo debe ser un
momento para "oír los clamores,
sueños, aspiraciones de la gente y escuchar la voz del Papa”, les dijo.
Las asambleas presinodales han sido
momentos en los que la gente muestra su
alegría al ser escuchada por el Papa. Según Monseñor Roque Paloschi, presidente
del Consejo Indigenista Misionero -CIMI- y miembro del Consejo Presinodal del
Sínodo de la Amazonía, Brasil es un país donde "la situación de los pueblos indígenas es lamentable", donde el
gobierno no respeta de hecho lo que la propia Constitución de 1988 reconoce
como derechos de los pueblos originarios, negándoles los derechos fundamentales
y persiguiéndoles.
Se dice que en este Sínodo se bate el récord de la participación femenina pues asisten 35 mujeres en un total de 283 asistentes aunque todavía solamente con voz y sin voto.
Se dice que en este Sínodo se bate el récord de la participación femenina pues asisten 35 mujeres en un total de 283 asistentes aunque todavía solamente con voz y sin voto.
En la Amazonia viven tres millones
de indígenas, casi 390 pueblos y nacionalidades diferentes y entre 110 y 130
"pueblos libres" en situación de aislamiento voluntario
El arzobispo de Porto Velho
reconoce que existe "una actitud de
acogida y sobre todo de profunda sintonía" entre el papa Francisco y
los pueblos amazónicos, que son el punto de partida de la reflexión del Sínodo
de la Amazonía, una actitud que se entronca con el Vaticano II y que va a
ayudar a "percibir los signos de la
presencia de Dios en medio de esos pueblos".
Como en todos los sínodos, el de
los pueblos amazónicos se prepara con un documento
de trabajo (Instrumentum laboris) que
significó el encuentro y escucha de miles de pobladores
amazónicos y de otras regiones del mundo, agentes de pastoral, expertos
internacionales y las Conferencias Episcopales de los nueve países del
territorio.
El Cardenal Pedro Barreto, vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), en
una conferencia en la Asamblea pre-sinodal, organizada por los obispos
colombianos, afirmó que la acción del Espíritu Santo se había venido concretando
en las cinco conferencias del episcopado de América Latina y el Caribe, de la
que Aparecida había sido la última. Afirmó que “fue una experiencia de gracia que es fidelidad al Concilio Vaticano II
y a nuestro pueblo latinoamericano y caribeño”.
El P. Michael Czerny,
Secretario especial para el Sínodo junto con Mons. David Martínez, obispo del
Vicariato de Puerto Maldonado, quiso testimoniar “el gran interés del papa Francisco en todo este camino”.
Hay
un movimiento indígena de la región que abarca un complejo cultural de 22 etnias indígenas diferentes, pero
articuladas en una red de intercambios y en gran medida identificadas en lo que
dice respecto a la organización social, cultura material y visión de mundo.
Los
Kuripakp,
que viven en Colombia y en el Alto Icçana (Brasil), hablan un dialecto de la
lengua Baniwa pero no se identifican como etnia común. El idioma de
ambos es de la familia Aruak a lo largo del río Içana. En
Venezuela son llamados de Wakuenai.
Los
Baniwa viven en la frontera de Brasil
con Colombia y Venezuela, en aldeas en las márgenes del río Içana y sus
afluentes. Son unos 93 poblados y unos 15 mil habitantes. Desde 1952 hay una
misión salesiana y otras cuatro bases misioneras.
Los
misioneros dominicos trabajan en los departamentos de Cusco, Madre de Dios y Ucayali con las
siguientes etnias: asháninkas, machiguengas, piros (o yines), sharas (o nahuas), sharanahuas, yaminahuas,
amahuacas,
harakmbut
y esejja.
En Perú se reconocen
65 etnias distribuidas en casi 1.500 comunidades y constituye 15 familias
lingüísticas.
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