domingo, 27 de enero de 2019

AMOR A LA LITURGIA (1)

¿De pie, sentados, de rodillas…?


Esdras lee la Ley
La Palabra de Dios nos cuenta que Jesús, en la sinagoga, lee de pie el texto de Isaías que le han entregado y devuelto enrollado el libro, se sentó para la “homilía” (cf Lc 4, 14-21). Esdras, como cuenta Nehemías, “leyó (…) desde el alba hasta el mediodía, en presencia de los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón (…) estaba de pie  (…) y al abrirlo [el libro de la Ley], el pueblo entero se puso en pie” (Nehem 8, 2-10).

De pie, sentados, de rodillas, postrados… son gestos corporales diversos, cada uno con su significación propia.

Esdras (13 julio), profeta de Israel, era de estirpe sacerdotal y fue desterrado a Babilonia siendo joven. Fue la principal autoridad hasta que llegó Nehemías. Los judíos le llamaban el “príncipe de los doctores de la ley”. En el año 7º de Artajerjes fue enviado a Jerusalén para poner orden a la vuelta del exilio. Con mil quinientos judíos y varios cientos de levitas y servidores del templo, subió a Jerusalén para la solemne asamblea. Luego volvió a Persia.

Juan Pablo II escribió que “la liturgia cristiana ha nacido en continuidad con las palabras y gestos de Jesús y desarrollando la herencia ritual del judaísmo … la sencillez de los gestos contiene el abismo de la santidad de Dios” (Eclesia de Eucharistia, 48).

Benedicto XVI pidió aprovechar el Año jubilar de la fe para «redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada, y reflexionar sobre el mismo acto» (Carta Porta fídei, n. 9).

Francisco de Sales, obispo de Ginebra, cofundador de las salesas (+1622 con 56 años) fue glosado por Benedicto recordando que enseñaba la llamada universal a la santidad que es cosa de todo bautizado y por eso se anticipó a algunas intuiciones del Vaticano II sobre los laicos. Invitaba a vivir en plenitud la presencia de Dios en el mundo y los deberes del propio estado, lo que sonaba a revolucionario. Además recordó que decía que “las almas se ganan con las rodillas”, rezando.

Jordán de Sajonia, beato, primer sucesor de santo Domingo (†1237 con 47 años), allí donde predicaba, sacaba vocaciones por eso un papa dirá que “las vocaciones existen, lo que hay que hacer es cultivarlas”. En una ocasión alguien le preguntó: ¿Cuál es la posición mejor para rezar, sentado, arrodillado, de pie o postrado? Y respondió: "La mejor posición para rezar es aquella en la cual cada uno se siente mejor, con más fervor y con más inclinación a rezar bien". Frase repetida textualmente por Pío XI, 700 años después.

El celo por promover y reformar la Liturgia se considera, con razón, como un signo de las disposiciones providenciales de Dios, como el paso del Espíritu Santo por su Iglesia, también en nuestro tiempo.

Aprendiendo de Jesús, comprendemos que la perfección no está en las apariencias ni en la cantidad por eso el Espíritu Santo promovió el Concilio Vaticano II para instaurar la necesaria reforma que simplificara los gestos, las rúbricas y demás ingredientes litúrgicos. Con el paso del tiempo se amontonan cosas innecesarias, algunas quedan escondidas bajo una buena capa de polvo,… por eso se quiere volver a la simplicidad evangélica y desechar las complicaciones barrocas acumuladas en los siglos, las duplicidades o triplicidades.

En una homilía matutina en santa Marta (18-I-2016) el papa Francisco animaba a liberarse de los “hábitos” para dejar espacio a las “sorpresas de Dios”. Siempre se ha hecho así".

Jesús ya se tropezó con los inmovilistas, los quejicas fariseos que echaban en cara el que sus discípulos no ayunaban, y abalaban su afirmación con la expresión "pero siempre se hizo así, ¿por qué no hacen ayuno?" (cf Mc 2, 18-22).

En la misma homilía en santa Marta, arriba citada, Francisco llamaba una vez más la atención ante la actitud de los que dicen: "«Siempre se ha hecho así» que en realidad proviene de «un corazón cerrado»." En cambio, Jesús nos dijo: «Voy a enviar al Espíritu Santo y os llevará a la verdad completa». Por lo tanto, si usted tiene el corazón cerrado a la novedad del Espíritu, nunca llegará a la verdad plena”.

El Concilio Vaticano II en la Constitución Sacrosanctum Concilium (SC) sobre la reforma litúrgica dice que “es necesario despertar en nosotros la conciencia del papel decisivo que desempeña el Espíritu Santo en el desarrollo de la forma litúrgica y en la profundización de los divinos misterios” (SC 12).

Juan Pablo II, al estrenarse el tercer milenio escribió que “la inagotable profundización teológica de la verdad cristiana ayuda a entender cada vez mejor que el cristiano no puede encerrarse en el templo; debe estar abierto al mundo dialogando con las filosofías, culturas y religiones (Novo milenio ineunte, 56). Esa abertura es mental y del corazón y ha de ser la correcta actitud en cualquier circunstancia de la vida.

Su sucesor, el emérito Benedicto XVI a su vez escribía que “la XI Asamblea Sínodo de los Obispos, octubre de 2005, ha constatado y reafirmado el influjo benéfico que ha tenido para la vida de la Iglesia la reforma litúrgica puesta en marcha a partir del Concilio Ecuménico Vaticano II (…) y la validez de la renovación litúrgica, la cual tiene aún riquezas no descubiertas del todo”.

En su primera encíclica, Francisco deja escrito que “en su constante discernimiento, la Iglesia también puede llegar a reconocer costumbres propias no directamente ligadas al núcleo del Evangelio (…) No tengamos miedo de revisarlas (…) que ya no tienen la misma fuerza educativa como cauces de vida” (EvG, 43).

Reconocer costumbres no ligadas al Evangelio, poner en marcha la reforma litúrgica, la profundización teológica de la verdad cristiana y tantas frases más que vienen diciendo los papas lleva, entre otras muchas conclusiones, a ver la necesidad de seguir reformando la celebración de la Eucaristía. La teología enseña que todos los fieles, laicos y clérigos, por el bautismo, no solo el sacerdote celebrante, son otros Cristo y por eso rezan, obran “in persona Christi” también cuando trabajan, descansan, duermen, comen…

Por eso el 90% de la Plegaria eucarística la tendrían que rezar todos los asistentes, incluidas incluso y sin problema alguno las mismas palabras de la consagración. Es un atropello grave de los derechos humanos religiosos que los laicos solamente digan “amén” o contesten tres o cuatro aclamaciones para presumir de que se les deja participar activamente.

Benedicto XVI comentaba en una ocasión que «la liturgia, vivida en su verdadero espíritu, es siempre la escuela fundamental para vivir la fe cristiana (…) para convertiros en piedras vivas (…) y en colaboradores de la nueva evangelización» (Primeras Vísperas de Adviento, 1-XII-2012).

El Papa polaco Wojtyla, en la Carta apostólica al estrenarse en nuevo milenio ha escrito que “en el siglo XX, especialmente a partir del Concilio, la comunidad cristiana ha ganado mucho en el modo de celebrar sobre todo la Eucaristía. Es preciso insistir en este sentido” (NMI 35). Insistir y seguir arreglando, mejorando, perfeccionando, limpiando, desechando…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JESUCRIST REI DE L’UNIVERS

La dimensió social de l’evangelització A la 2ª lectura d’avui, diumenge XXXIV del TO, cicle C, últim del any litúrgic doncs el proper és e...